Historia inédita sobre un evento “nahual” en la sierra mazateca de Oaxaca
Ocurrió durante vísperas del día de muertos, se cuenta que eran dos personas adultas no mayores a los 35 años quienes se encontraban de paso por la sierra mazateca. Caía la noche del 27 de octubre del año 1976, y nuestros protagonistas, German y Albina, se movían a pie por las veredas que conducían hacia su pueblo natal.
Aún se encontraban lejos y ambos se ponían cada vez más nerviosos debido a que, según contaban los lugareños, durante estas fechas las apariciones de diferentes “cosas” eran más propensas a ocurrir y evidencias no faltaban. Muchas desapariciones e incluso personas que quedaban inmersas en la locura aseguraban haber visto algo durante esas frías noches.
-¿Dónde nos quedaremos?- Preguntaba German inquieto.
Albina un poco más tranquila y con mente abierta le dijo: -Aquí cerca dan posada a viajeros como nosotros, así que hay que apurarnos-.
Ambos aceleraron el paso y de repente, de entre la oscuridad escucharon que alguien les gritó: -¡Hey!- Ambos saltaron del susto volteando a ver de quién se trataba. La fortuna había tocado a su puerta pues a lo lejos en el cerro vieron a una viejita de más o menos 75 años, ¡muy ágil para andar caminando sola en la noche! Esta les gritó: -¿Están buscando posada?-
A lo que Albina y German respondieron que sí. La viejita los invitó a subir y, para cuando llegaron arriba, se asombraron al ver que esa era la única casa rodeada de un inmenso bosque en la que apenas el fuego en la chimenea de la casa hacía un poco de luz entre tanta oscuridad.
La viejita los invitó a pasar, German se notaba indeciso al igual que Albina, pero ambos aceptaron, tomaron café con la viejita y todo normal durante ese rato en que compartieron el pan. Dispuestos a dormir, ambos se fueron a acostar en un par de petates que esta humilde señora les había compartido.
El infortunio los invadió debido a que ninguno de los dos podía dormir, se preguntaban cómo es que una viejita podía estar viviendo sola rodeada de un inmenso bosque. Cuando casi estaban empezando a conciliar el sueño, escucharon un sonido: ¡PUM! Esto acompañado de una pequeña y aguda risa: Ja ja jaaaa. Y sin siquiera pasar un solo minuto, todo quedó en silencio. Ni German ni Albina hablaban. Voltearon a verse mutuamente y para cuando levantaron la mirada se dieron cuenta de que la viejita estaba parada en la entrada de la puerta viéndolos fijamente en la oscuridad.
German intentó moverse pero Albina lo detuvo y la vieja se fue, entre risas y aplausos encendió su fogata. Albina y German podían ver su sombra como efecto de la luz del fuego. Pero, para horror de ambos, está vieja comenzó a convertirse en un perro, pero no un perro normal y corriente, este perro tenía unas patas enormes, orejas puntiagudas, una cola larga y un ladrido que le helaba los huesos a cualquiera: ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
En cuanto ellos vieron esto, salieron disparados de la casa, German, por suerte, llevaba consigo un rifle con el cual logró disparar un par de veces a la criatura, sin saber siquiera si había dado en el blanco.
Corrieron y siguieron corriendo hasta que llegaron al pueblo, aún seguía siendo de madrugada, llegaron barriéndose a tocar puertas para que alguien los ayudara, a lo lejos escuchaban al perro ladrar, incluso se podían escuchar como se rompían las ramas de lo enorme que era.
Llegaron a llorar, suplicando ayuda hasta que un señor de una casa bastante grande, (la cual se caracterizaba por tener frente a ella un árbol de aguacate muy grande), les gritó que se apuraran a entrar, entraron y les pidió que guardaran silencio. Esperaron algunos minutos, pero ya no escuchaban al perro, no se escuchaba nada.
El señor los invitó a pasar diciéndoles que no tenían nada que temer, Albina comenzó a subir las escaleras de la casa cuando en ese momento German escuchó que algo llegaba volando al árbol de aguacate, se preguntó: -¿Cómo puede haber algo tan grande para mover ese árbol?-
El horror lo invadió cuando frente a sus ojos estaba un zopilote, mirándolo fijamente y en ese mismo momento se percató de que la cabeza no era de un zopilote, ¡era la cabeza de la vieja!
German gritó y salió corriendo de la ventana a decirle al señor lo que había visto pero esta persona le dijo que se calmara, que esta no podría entrar y que todo estaría bien.
Pasaron la noche muy tranquilamente, por suerte lograron dormir y continuar su viaje hasta su pueblo natal. Ambos no hablaban sobre lo ocurrido, estaban aterrados por aquella situación, tanto fue el terror que en menos de un día llegaron a casa, entraron, se bañaron, se dispusieron a descansar y decidieron irse a visitar a su familia, quien de hecho vivía en una casa lo suficientemente grande como para perderte un rato.
Ambos estaban muy contentos, era una tarde del 28 de octubre, estaban comiendo, compartiendo historias, cuando a ambos les preguntaron ¿qué había sido lo más interesante de su viaje?
Ambos comenzaron a contar todo lo que les había ocurrido con la vieja y lo que llegaron a ver durante esa noche, ambos se reían de sí mismos simplemente no podían creerlo. Cuando se dieron cuenta, notaron que todos los estaban viendo con una cara fría y seria, a los ojos, una mirada incómoda y terrorífica. German y Albina se asustaron y les preguntaron qué era lo que pasaba. Albina volteo a ver hacia atrás y le dijo a German: -Ahí está…-
German volteó y con la adrenalina recorriendo su cuerpo vio la cara de la vieja babeandose fuera de la ventana con una sonrisa enfermiza. German sin pensarlo dos veces corrió hacia su rifle, tomó el arma y disparó a diestra y siniestra contra este ente: ¡PAM! ¡PAM! ¡PAM! ¡PAM!
La vieja desapareció y toda la familia estaba estupefacta y todos comenzaron a preguntarse ¿qué debían hacer?
Lo que todos acordaron fue que debían comenzar a hacer una serie de rezos, y creer en que está cosa se iría. Así pues en esa misma noche comenzaron, un padre llegó y juntos comenzaron a orar, el proceso no fue nada fácil. Gritos, lamentos, lloriqueos, muchas cosas se escuchaban, podían ver cosas horribles pasando frente a ellos. Pero su convicción de que esto se fuera fue mayor que su miedo y el día 29 de octubre del año 1976 esta cosa por fin los había dejado en paz.
Cuando preguntaron al padre sobre qué era esta cosa, él les respondió que se trataba de un nahual, que estaba buscando comerlos para poder vivir más tiempo, German y Albina se aterraron pero para su buena fortuna este ente se había ido.
Comentarios
Publicar un comentario